Me miro en el espejo, reflejando toda mi inocencia
sentada, puedo admirar cada parte de mi inculminable belleza,
mis ojos llenos de vida y mi sonrisa perfecta
que contrasta con el matiz de mi cabello.
Me siento tan vacía...
La gente solo me aprecia por mi valor estético,
puedo ver la vida fuera de la ventana,
la luz me ilumina y yo no puedo hacer nada.
Me tratas tan mal,
pero aun así estoy dispuesta a ser tu brazo de apoyo,
siempre mirándote con mi tétrica expresión,
recordándote que a las personas
que al parecer les llueven rayos de sol,
en realidad están nadando en charcos de sangre,
mírame, recuerda cuanto me as confiado,
pero a la vez no tengas cuidado
ya que siempre seré tu muñeca triste.